10 Feb Sensibilidad y Feng Shui
La sensibilidad es un rasgo que nos ayuda a conectar con nuestra esencia y ésta nos guía para estar en sintonía con nuestras necesidades y con nuestro entorno. En este sentido, cuantas veces nos hemos preguntado: ¿Por qué escogemos ese sitio en una sala de espera de una consulta?, ¿qué nos hace escoger ese lugar concreto en una cafetería?, ¿Por qué nos sentimos más a gusto en ese lugar de nuestra casa y no en ese otro?…
Entender el Feng Shui es entender cómo nos afecta nuestro entorno. Si nos dejamos llevar por nuestras sensaciones y reconocemos nuestros espacios, podemos mejorar mucho nuestra vida. En ocasiones no se le suele dar importancia y la catalogamos de mera casualidad. Y es que los adultos no hemos perdido esa sensibilidad, solo que algunos, con el paso del tiempo, hemos dejado de darle la importancia que se merece.
En este sentido los niños son especialmente sensibles, están más conectados con esa parte sutil que los adultos hemos ido dejando atrás conforme hemos ido creciendo, y es por ello que entienden mejor el lenguaje del Feng Shui. Ellos lo normalizan enseguida y saben explicarte a su manera por qué prefieren un lugar concreto para jugar o para dormir.
En los cambios de casa es cuando nos encontramos con más consultas, pues se perciben más las diferencias. Resulta que la niña o el niño no duermen nada bien en su nueva habitación y están más nerviosos, cansados o no se concentran en los estudios. Otros han notado que se incrementan las discusiones en casa.
Con ajustes de Feng Shui se puede mejorar siempre, incluso cuando la conclusión es un cambio de estancia. Pues cada espacio tiene su energía y se tiene en cuenta la personalidad y la conexión entre la persona y su espacio.
Por ejemplo, si se trata de un niño o niña muy nerviosa, buscaremos una habitación con energía tierra en general. Se aconsejará retirar la mayoría de juguetes de la habitación, teniendo otra estancia para jugar u ordenar el espacio para que éstos no estén a la vista si no se dispone de más habitaciones. Si no es posible un cambio de dormitorio, se reubicará la cama y el resto del mobiliario, apoyando energéticamente al elemento que más favorece a ese dormitorio y minimizando a la vez el que no es tan favorable, equilibrando de esta forma la energía para que dé lo mejor de sí.
Cuando desarrollamos los estudios de nuestros clientes, una de las preguntas que solemos hacer es: ¿quién escogió la vivienda? Al contrastar el mapa de Feng Shui de la casa se desvelan las energías de los espacios y comprobamos que éstas siempre tienen relación con la persona que se sintió atraída por esa casa. Es decir, si esta persona es artista y en su primera visita sintió que ese era su hogar, en el mapa energético de la vivienda saldrán combinaciones del elemento madera que van relacionadas con el arte.
Aunque en términos generales a los adultos nos cueste conectar o percibir nuestros espacios, no quiere decir que no nos afecten. Las energías vibran en ambas direcciones, pues al igual que nosotros elegimos y habitamos nuestros espacios en base a sentirnos atraídos por sus energías, éstos también conectan a través de la energía que nosotros proyectamos en ellos. Así pues, se puede decir que nos elegimos mutuamente. Cada espacio nos aporta unas experiencias u otras. Por ello es muy importante conocer de qué energías nos estamos nutriendo, para equilibrarlas y conseguir que el conjunto vaya en sintonía con nuestra esencia, mejorando nuestro camino de vida y aprendizaje personal.